jueves, 27 de mayo de 2010

6. REA


La muchacha percibió que algo o alguien se acercaba y acalló la música por unos instantes para prestar más atención.

Ella se llamaba Rea. Vivía junto a su abuelo Numitor, desde hacía años en aquella pequeña cabaña medio escondida en el bosque.

-¿Quien anda ahí?- dijo Rea.

Lurkus sólo se la quedó mirando escondido tras los matorrales. Sabía que la conocía de alguna parte. Sus sentidos así se lo indicaban. Pero no lograba recordar.

-¿Eres tu?-. Volvió a preguntar Rea, acercándose cada vez más hacia donde estaba escondido Lurkus.

Él no entendía por qué no sentía miedo. Su voz le provocaba calma y serenidad. Lurkus cerró los ojos tratando de recordarla.

-¡¡¡Te encontré!!!!- Gritó Rea, asustando a Lurkus y haciendo que este huyera despavorido.

Rea se dió cuenta que no era el lobo que ella había pensado. Ese aquel con el que solía jugar desde que era niña y también se asustó al ver que era un chico como ella.

-Que raro- dijo Rea- Olía a él... a "mi lobito"-.

Así le llamaba ella cariñosamente a Lurkus. A él gustaba ese nombre por lo que solía jugar echándose de espaldas con las patas para arriba para que ella le siguiera llamando asi, "mi lobito".

Al oir estas palabras Lurkus detuvo su huida y se volvió para nuevamente observar a la muchacha. Esta vez comenzó a recordar.

-¡¡¡Es ella!!! - dijo- ¡¡¡¿¿Por qué no la reconocí??!!!. -

Lurkus comenzó a recordar sus juegos y aventuras vividas junto a Rina desde que él era un cachorro y ella una niña pequeña.

Se acercó lentamente pensando:

-No me reconocerá. Ahora soy como ellos. ¿Como me veré?. ¿Se asustará?. No quiero que huya de mi.

Al fin Rea, quien ya se disponía a marcharse y volver a su casa, percibe que Lurkus ha regresado y se voltea para verlo.

El y ella se acercan lentamente y sin darse cuenta ambos comienzan a observarse extrañados y curiosos.

En el fondo sabían quien era cada cual pero Rea no lograba comprender qué podría haber pasado.
Ahora, su único amigo, era como ella, un humano.

Rea tomó las manos de Lurkus casi temblando, acarició su rostro y mirándolo fijamente le dijo:
-¿Eres tu cierto?. ¿Mi lobito?.

A Lurkus pareció saltarle el corazón de alegría y lo único que atinó a hacer fue a tirarse al suelo de espaldas con los pies y los brazos hacia arriba.

Rea comenzó a reír a carcajadas. Se tapó la boca con sus manos y luego se puso a llorar.

Lurkus se levantó del suelo de inmediato y le tomó los brazos. Su instinto le decía que debía abrazarla pero tuvo miedo. Sólo la observaba.

-No me temas por favor, soy yo. Y si, soy aquel lobito. Pero mi nombre es Lurkus y necesito que nos ayudes por favor.




miércoles, 12 de mayo de 2010

5. LA HUIDA


-Ya estoy cansado, no puedo más. No encuentro lugar donde me pueda sentir seguro junto a mi madre.
Ella sigue inconsciente. Está bien.. Siento que está bien, sólo que ¡No sé que le hicieron los humanos!.

Ahi estaré bien, esa pequeña cueva nos dará refugio madre.. Ahi estaremos a salvo.

Estoy muy cansado. Los olores que siento me parecen tan familiares... ¿Donde estamos?

Mañana saldré a mirar. Estoy demasiado cansado.-

Lurkus y su madre yacen seguros en una pequeña cueva incrustada en los montes de aquel espeso bosque, pero no sabían que se encontraban a muy pocos pasos de donde solían vivir hasta antes que los capturaran, por lo que van a tener que huir pronto porque les siguen los pasos de cerca.

A la mañana siguiente, Lurkus se levanta muy temprano, antes que el sol se asome por el horizonte y comience a encender el paisaje de bellos colores.

Su madre comienza a reaccionar.

-No!!!, No!!, mi hijo, no por favor!!!. Nooooooooooo!!!
-Mamá, despierta, soy yo, estamos a salvo
-Lurkus?... Hijo mio, pensé que estabas muerto
-Mamá!!! al fin reaccionas.. tenía tanto miedo!!!-

Los dos, madre e hijo se abrazan y comienzan a llorar de alegría porque al fin estaban juntos y vivos.

-Mamá, perdóname por favor
-Perdón porque hijo?
-Mi padre, no lo pude rescatar mamá!!! , perdóname!!

La madre de Lurkus solo agacha la cabeza y trata de disimular las lágrimas que no quieren despegarse de sus ojos cansados.

-Mamá que le harán?, que nos pasó? que nos hicieron?!!!!
-Ay hijo mio, esto lo veíamos venir con tu padre. Era un rumor que viene recorriendo a nuestra raza desde hace años.
-Qué pasó con nosotros madre, porque ahora somos como ellos?
-No lo se bien hijo. Sólo se que al menos con nosotros no alcanzaron a hacer lo que le hicieron a otros
-Y que les hicieron?!
-Los convirtieron en unos monstruos!!!. Son mitad lobo mitad humano, pero no tienen emociones ni sensaciones. Sólo los obedecen a ellos.
-Eso le pasará a mi padre?- pregunta Lurkus asustado
-Me temo que si hijo, debemos ser fuertes.
-Por qué madre!!! por qué nos hacen esto, Qué les hemos hecho nosotros?!!
-Ellos siempre se han sentido superiores a nosotros y no se dan cuenta que tan solo son una minuscula parte que pertenece a este gran universo.
-Siempre lo han hecho?
-Siempre hijo mio. Desde el principio. Ellos mismos son una creación de otros que vinieron antes que ellos.
-Por qué quieren destruir a la naturaleza?
-Por poder. Lo que nunca entendí. Mi padre me lo explicó alguna vez, pero creo que ni el lo supo entender.
-Poder?. Y que es eso?
-No lo se muy bien Lurkus. Es algo como querer ser el lider máximo pero en su caso de todas las razas y criaturas existentes en la naturaleza.
-Pero eso es imposible!!!!
-Nosotros los seres "inferiores" como ellos nos llaman, lo sabemos, pero ellos nunca han querido entenderlo. Sólo están provocando desarmonía y eso los destruirá
-Y nosotros?
-Lamentablemente seremos destruidos junto con ellos.
-Y no podemos hacer nada!!!!
-Antes, otros que escaparon igual que tu y yo, quisieron detenerlos pero no lo lograron. Fueron asesinados y sus cuerpos fueron dispersados por todo el bosque, como para decirnos que no nos atreviéramos a desafiarlos.
-Mamá tengo miedo!!!!- Exclama Lurkus refugiándose entre los brazos de su madre-
-Yo también hijo mio. Yo también.

La luz del día ya inundaba todo el bosque y los lobos comenzaron a sentir hambre. Pero no entendían que era lo que sus cuerpos les querían decir en cuanto a lo que necesitaban para comer.

Así, Lurkus simplemente se dejó llevar por su instinto y olfateó a su alrededor para ver hacia donde lo dirigían sus sentidos. Su madre aun estaba débil, así que ahora que su padre ya no estaba, sería él quien se encargaría de ella y defendería su territorio y sus vidas.

Comenzó a caminar y seguir un olor que le pareció conocido, el cual le hacía sentir muy feliz.
Casi sin darse cuenta que estaba de día y que podrían estar cerca sus perseguidores, corrió con todas sus ganas hasta donde sentía que venía aquel olor. De pronto sus oídos comenzaron a escuchar una linda melodía, la cual reconoció enseguida. Era la de la niña con la que solía jugar hasta antes que lo capturaran. Estaba seguro que era ella.