miércoles, 12 de mayo de 2010

5. LA HUIDA


-Ya estoy cansado, no puedo más. No encuentro lugar donde me pueda sentir seguro junto a mi madre.
Ella sigue inconsciente. Está bien.. Siento que está bien, sólo que ¡No sé que le hicieron los humanos!.

Ahi estaré bien, esa pequeña cueva nos dará refugio madre.. Ahi estaremos a salvo.

Estoy muy cansado. Los olores que siento me parecen tan familiares... ¿Donde estamos?

Mañana saldré a mirar. Estoy demasiado cansado.-

Lurkus y su madre yacen seguros en una pequeña cueva incrustada en los montes de aquel espeso bosque, pero no sabían que se encontraban a muy pocos pasos de donde solían vivir hasta antes que los capturaran, por lo que van a tener que huir pronto porque les siguen los pasos de cerca.

A la mañana siguiente, Lurkus se levanta muy temprano, antes que el sol se asome por el horizonte y comience a encender el paisaje de bellos colores.

Su madre comienza a reaccionar.

-No!!!, No!!, mi hijo, no por favor!!!. Nooooooooooo!!!
-Mamá, despierta, soy yo, estamos a salvo
-Lurkus?... Hijo mio, pensé que estabas muerto
-Mamá!!! al fin reaccionas.. tenía tanto miedo!!!-

Los dos, madre e hijo se abrazan y comienzan a llorar de alegría porque al fin estaban juntos y vivos.

-Mamá, perdóname por favor
-Perdón porque hijo?
-Mi padre, no lo pude rescatar mamá!!! , perdóname!!

La madre de Lurkus solo agacha la cabeza y trata de disimular las lágrimas que no quieren despegarse de sus ojos cansados.

-Mamá que le harán?, que nos pasó? que nos hicieron?!!!!
-Ay hijo mio, esto lo veíamos venir con tu padre. Era un rumor que viene recorriendo a nuestra raza desde hace años.
-Qué pasó con nosotros madre, porque ahora somos como ellos?
-No lo se bien hijo. Sólo se que al menos con nosotros no alcanzaron a hacer lo que le hicieron a otros
-Y que les hicieron?!
-Los convirtieron en unos monstruos!!!. Son mitad lobo mitad humano, pero no tienen emociones ni sensaciones. Sólo los obedecen a ellos.
-Eso le pasará a mi padre?- pregunta Lurkus asustado
-Me temo que si hijo, debemos ser fuertes.
-Por qué madre!!! por qué nos hacen esto, Qué les hemos hecho nosotros?!!
-Ellos siempre se han sentido superiores a nosotros y no se dan cuenta que tan solo son una minuscula parte que pertenece a este gran universo.
-Siempre lo han hecho?
-Siempre hijo mio. Desde el principio. Ellos mismos son una creación de otros que vinieron antes que ellos.
-Por qué quieren destruir a la naturaleza?
-Por poder. Lo que nunca entendí. Mi padre me lo explicó alguna vez, pero creo que ni el lo supo entender.
-Poder?. Y que es eso?
-No lo se muy bien Lurkus. Es algo como querer ser el lider máximo pero en su caso de todas las razas y criaturas existentes en la naturaleza.
-Pero eso es imposible!!!!
-Nosotros los seres "inferiores" como ellos nos llaman, lo sabemos, pero ellos nunca han querido entenderlo. Sólo están provocando desarmonía y eso los destruirá
-Y nosotros?
-Lamentablemente seremos destruidos junto con ellos.
-Y no podemos hacer nada!!!!
-Antes, otros que escaparon igual que tu y yo, quisieron detenerlos pero no lo lograron. Fueron asesinados y sus cuerpos fueron dispersados por todo el bosque, como para decirnos que no nos atreviéramos a desafiarlos.
-Mamá tengo miedo!!!!- Exclama Lurkus refugiándose entre los brazos de su madre-
-Yo también hijo mio. Yo también.

La luz del día ya inundaba todo el bosque y los lobos comenzaron a sentir hambre. Pero no entendían que era lo que sus cuerpos les querían decir en cuanto a lo que necesitaban para comer.

Así, Lurkus simplemente se dejó llevar por su instinto y olfateó a su alrededor para ver hacia donde lo dirigían sus sentidos. Su madre aun estaba débil, así que ahora que su padre ya no estaba, sería él quien se encargaría de ella y defendería su territorio y sus vidas.

Comenzó a caminar y seguir un olor que le pareció conocido, el cual le hacía sentir muy feliz.
Casi sin darse cuenta que estaba de día y que podrían estar cerca sus perseguidores, corrió con todas sus ganas hasta donde sentía que venía aquel olor. De pronto sus oídos comenzaron a escuchar una linda melodía, la cual reconoció enseguida. Era la de la niña con la que solía jugar hasta antes que lo capturaran. Estaba seguro que era ella.



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